El apóstol Pablo dice, “Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.” I Cor. 4:15 Ahora hay mucha discusión respecto al ministerio “apostólico”, y mucha es buena; sin embargo, debemos entender que significa ser un “Padre Espiritual” para entender el ministerio de los apóstoles. Un apóstol es un padre espiritual para otros ministros. El ministerio apostólico tiene que ver con servir, no en ser un supervisor espiritual. “El siervo prudente se enseñoreará del hijo que deshonra, Y con los hermanos compartirá la herencia” Proverbios 17:2
Cualquier ministro que vive y construye para sí, morirá para sí. Muchos ministros desean el honor y el respeto que viene del ser un buen padre cuando no han mostrado un corazón de padre. En lugar de eso, han actuado como el apóstol Pedro, con su espada lista para atacar a cualquiera que no esté de acuerdo con ellos. Muchos se sienten como Malco, siervo del sumo sacerdote, después de que Pedro le cortó la oreja: le tienen miedo a cualquier autoridad. Sus oídos sangrantes les hacen sordos a las verdades apostólicas. Pero los huérfanos sufren, y las familias huérfanas siempre pagan un precio muy alto. Rechazar la autoridad no es la respuesta al abuso de autoridad.
El tema de “padres espirituales” no es el ser señores en el Reino de Dios. Hay un solo Padre Celestial, y es solo por su Espíritu Santo que podemos renacer. El tema tiene que ver con tener padres dentro del ministerio. Una de las promesas que Dios dio para los últimos tiempos es, “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 6El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” Malaquías 4:5-6 Toda verdad en el Reino de Dios está basada en relaciones. Dios nos llama embajadores y siervos, pero también nos llama sus hijos, Sus hijos e hijas. El es nuestro padre celestial.
El apóstol Pablo le dice a Timoteo, “A Timoteo, verdadero hijo en la fe” Otra vez, le dice, “Tu pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús” I Timoteo 1:2, II Timoteo 2:1 Le escribe a Tito, “A Tito, verdadero hijo en la común fe” Tito 1:4 Pablo escribe acerca de la relación espiritual de sus ministros, no de una relación natural. No era su padre natural. La conexión entre un padre y un hijo en el ministerio es la conexión de ser uno en el espíritu.
El corazón de un padre provee tres cosas principalmente a sus hijos e hijas.
- LOS PADRES NOS DAN IDENTIDAD
El primer y gran beneficio de un padre espiritual es la identidad. Una de las preguntas que todo hijo debe contestar es, “¿Quién soy?” Debes saber de dónde vienes para saber a dónde vas. Juan 13:3 Jesús no inició su ministerio terrenal hasta que recibe el bautismo de Juan y aparece una voz de los cielo diciendo, “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:17 Muchos ministros, como Benjamín, inapropiadamente han sido mal llamados por un sistema religioso muerto. Raquel, en su dolor maldice a su propio hijo. Necesitamos padres, quienes como Jacob, profeticen nuestro destino. Génesis 35:18 Es una tragedia que los hijos se alínien con los que están atrapados en el pasado y no pueden profetizar su futuro.
- LOS PADRES NOS IMPARTEN
Cuando Jesús fue bautizado en agua, se le imparte a su espíritu, “el Espíritu de Dios desciende como paloma y venía sobre él” Mateo 4:16 El Espíritu Santo es dado a Jesús sin medida. Juan 3:34 De manera similar, el apóstol Pablo habla del servicio de ordenación de Timoteo, “Por lo cual te aconsejo que avives el don del fuego de Dios que está en ti por la imposición de mis manos” II Timoteo 1:6 La forma en que los hijos aprenden a tener el corazón del padre es sirviendo a sus padres. Filipenses 2:20-22
Los padres tienen algo muy importante que dar a sus hijos, y cuando los padres no bendicen a sus hijos, se pierde una bendición generacional que necesita años para ganarse. Su impartición espiritual es crucial para el éxito de su ministerio. Sin la bendición del padre, muchos ministros batallan años tratando de tener el impulso que sus padres les pudieron impartir.
- LOS PADRES NOS HEREDAN
“El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos” Provs. 13:22 Para los padres es un deleite bendecir a sus hijos. Cada nueva generación de ministros debe recoger tanto de los éxitos como de los fracasos de hombres y mujeres de Dios que nos precedieron. Somos llamados a adorar al Dios de nuestros padres. Los depósitos en nuestros hijos deben capacitarles para tener una mayor relación con Dios. Dt. 30:5 Al construir sobre el cimiento que sus padres pusieron, podrán lograr mejores cosas. Jn. 14:12 Todo lo que viene de Dios para el creyente viene como herencia. “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo” Rom. 8:17
¡¡ Todos necesitan un Padre Espiritual para tener
éxito en el ministerio !!
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